miércoles, 25 de marzo de 2009

La Anunciación (Solemnidad)


La última fase de toda la apoteosis salvadora comenzó en Nazaret. Hubo intervenciones angélicas y sencillez asombrosa. Era la virgen o pártenos del Isaías viejo la destinataria del mensaje. Todo acabó en consuelo esperanzador para la humanidad que seguía en sus despistes crónicos e incurables. Los anawin tuvieron razones para hacer fiesta y dejarse por un día de ayunos; se había entrado en la recta final.


La iconografía de la Anunciación es, por copiosa, innumerable: Tanto pintores del Renacimiento como el veneciano Pennacchi la ponen en silla de oro y vestida de seda y brocado, dejando al pueblo en difusa lontananza. Gabriel suele aparecer con alas extendidas y también con frecuencia está presente el búcaro con azucenas, símbolo de pureza. Devotas y finas quedaron las pinturas del Giotto y Fra Angélico, de Leonardo da Vinci, de fray Lippi, de Cosa, de Sandro Botticelli, de Ferrer Bassa, de Van Eyck, de Matthias Grünewald, y de tantos más.


Pero probablemente sólo había gallinas picoteando al sol y grito de chiquillos juguetones, estancia oscura o patio quizá con un brocal de pozo; quizá, ajenos a la escena, estaba un perro tumbado a la sombra o un gato disfrutaba con su aseo individual; sólo dice el texto bíblico que "el ángel entró donde ella estaba".


Debió narrar la escena la misma María a San Lucas, el evangelista que la refiere en momento de intimidad.


Así fue como lo dijo Gabriel: "Salve, llena de gracia, el Señor es contigo". Aquel doncel refulgente, hecho de claridad celeste, debió conmoverla; por eso intervino "No temas, María, porque has hallado gracia ante de Dios; concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Éste será grande: se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará por los siglos sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin". La objeción la puso María con toda claridad: "¿Cómo será esto, pues no conozco varón?" No hacía falta que se entendiera todo; sólo era precisa la disposición interior. "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá será llamado santo, Hijo de Dios".


Luego vino la comunicación del milagro operado en la anciana y estéril Isabel que gesta en su sexto mes, porque La Anunciación del Ángel a la Virgen María"para Dios ninguna cosa es imposible".


Fiesta de Jesús que se encarnó -que no es ponerse rojo, sino que tomó carne y alma de hombre-; el Verbo eterno entró en ese momento histórico y en ese lugar geográfico determinado, ocultando su inmensidad.


Fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra". El "sí" de Santa María al irrepetible prodigio trascendental que depende de su aceptación, porque Dios no quiere hacerse hombre sin que su madre humana acepte libremente la maternidad.


Fiesta de los hombres por la solución del problema mayor. La humanidad, tan habituada a la larguísima serie de claudicaciones, cobardías, blasfemias, suciedad, idolatría, pecado y lodo donde se suelen revolcar los hombres, esperaba anhelante el aplastamiento de la cabeza de la serpiente.


Los retazos esperanzados de los profetas en la lenta y secular espera habían dejado de ser promesa y olían ya a cumplimiento al concebir del Espíritu Santo, justo nueve meses antes de la Navidad.


¡Cómo no! Cada uno puede poner imaginación en la escena narrada y contemplarla a su gusto; así lo hicieron los artistas que las plasmaron con arte, según les pareció.


fuente: Catholic.net

lunes, 23 de marzo de 2009

La necesidad de recurrir a la Virgen María


Si se levanta la tempestad de las tentaciones,

si caes en el escollo de las tristezas,

eleva tus ojos a la Estrella del Mar:

invoca a María!.


Si te golpean las olas de la soberbia,

de la maledicencia,

de la envidia, mira a la estrella,

invoca a María!


Si la cólera, la avaricia,

la sensualidad de tus sentidos quieren hundir

la barca de tu espíritu,

que tus ojos vayan a esa estrella: invoca a María!


Si ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados

y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento

o de la desesperación,

lánzale una mirada a la estrella,

e invoca a la Madre de Dios.


En medio de tus peligros,

de tus angustia,

de tus dudas, piensa en María,

invoca a María!


El pensar en Ella y el invocarla,

sean dos cosas que no se parten nunca ni de tu corazón ni de tus labios.

Y para estar más seguro de su protección no te olvides de imitar sus ejemplos. Siguiéndola no te pierdes en el camino!


¡Implorándola no te desesperarás!

¡Pensando en Ella no te descarriarás!

Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir.

Bajo su manto nada hay que temer.


¡Bajo su guía no habrá cansancio,

y con su favor llegarás felizmente

al Puerto de la Patria Celestial!


Amén!!

lunes, 16 de marzo de 2009

San José...


No se nos ha trasmitido ni una sola palabra de la boca de San José. Y por cierto, muchas veces habría tenido motivo sobrante para hablar. Sobre todo se habría esperado su palabra en ocasión de la encarnación del Hijo de Dios...


O cuando tuvo que ir a Belén en tiempo tan importuno y donde no pudo encontrar hospedaje...
O en la huida a Egipto, cuando recibió la orden tan repentinamente a media noche. Otros habrían preguntado ¿por que? San José se calla. nada dice, pero cumple sin demora lo que el ángel le ordena.


Casi se tiene la impresión que Dios quiso provocarle para que San José hablara...


Mas, Dios conoció a su santo que obró pero no habló; que solo hizo lo mandado, mas no preguntó; que con todo cumplió, pero sin agitarse...
Tal silencio en todas estas ocasiones tan serias acrecienta y aumenta nuestra confianza en San José. Tampoco espera de nosotros muchas palabras. Le exponemos nuestras necesidades; él las ve y...ayuda. ¡San José, te agradecemos y en ti confiamos!


"Escucha en silencio, y con tu modestia te conciliarás el amor de todos". (Ecles.32,9)


fuente: Santiago Koch

martes, 10 de marzo de 2009

Recuperar nuestra identidad misionera


La Iglesia de Panamá, hizo el lanzamiento al llamado de la Misión Continental, que tiene como objetivo recuperar nuestra identidad misionera, nuestro celo misionero, y de este empeño misionero dependerá que nuestra tierra panameña arda en el fuego del amor de Cristo.


El lanzamiento se hizo a través de Monseñor José Luis Lacunza, Obispo de David y presidente de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP), en el marco de la celebración eucarística con motivo de la peregrinación al Cristo Nazareno, en Atalaya, Diócesis de Santiago, el pasado 1 de marzo, primer Domingo de Cuaresma, con la presencia de todos los Señores Obispos del país.


El presidente de la CEP, explicó que la Misión Continental, es el compromiso de la Iglesia de América Latina y El Caribe asumido en Aparecida en mayo del 2007 y que, posteriormente, en Quito, en agosto del 2008, en la celebración del Tercer Congreso Americano Misionero, se ratificó con el lema “América con Cristo: Escucha, aprende y anuncia”.


Al inicio de su intervención, Monseñor Lacunza expresó la gratitud del colegiado de los Obispos de Panamá a Monseñor Oscar Mario Brown, Obispo de Santiago, por brindar el espacio privilegiado de la romería a Atalaya para el lanzamiento de la Misión en Panamá. Así también brindó el testimonio público de apoyo y solidaridad en las delicadas situaciones que se dieran en torno a la venerada imagen del Nazareno.


Al explicar el por qué de la misión, Monseñor Lacunza, indicó que la “Iglesia de Jesús es misionera por naturaleza a tiempo completo y en todas las estructuras; pero que en algún momento de nuestra historia, por múltiples razones, perdimos el ‘aguijón’ de la misión y dejamos de sentir apremio de la misión que expresaba san Pablo con el grito angustioso ‘Ay de mí si no predico el Evangelio’”.


También, al cómo hacer la misión, enfatizó en que se trata de que todo en la vida de la Iglesia esté en función de la misión para pasar de una Iglesia sentada, a la espera, entretenida en funciones preferentemente burocráticas o administrativas, a una Iglesia en pie y en marcha, al encuentro de los hombres y mujeres.“Y así, desde el Obispo, -recalcó-, primer misionero, promotor y animador incansable de la misión, todas las personas y todas las estructuras de la Iglesia diocesana deber ser revisadas y replanteadas en orden a la misión”. ”No se trata de, entonces de una misión realizada por especialistas, sino de poner a toda la Iglesia en estado permanente de misión”.


Monseñor Lacunza, además se refirió al momento político que se vive, lamentando que los presidentes de partidos políticos no respondieran al llamado de firmar el pacto ético electoral. Manifestó el rechazo de la Iglesia al uso de la violencia física, psicológica o verbal como instrumento de campaña política, y apeló a la cordura de los candidatos y candidatas, para que ni exacerben los ánimos ni inciten a la confrontación.Exigió a las autoridades competentes, tanto del Ministerio Público como del Tribunal Electoral, a que tomen las medidas oportunas y enérgicas, y pidió a los panameños y panameñas a que no se dejen llevar por la espiral de violencia o descalificaciones, sino que analicen las propuestas de gobierno, para así ejercer su derecho y deber de votar con conciencia cristiana y responsabilidad ciudadana.


fuente: Panorama Católico Panamá


miércoles, 4 de marzo de 2009

Cultivo espiritual...


En las crisis y ante las penas se hacen patentes la riqueza interior o el abandono espiritual de las personas.
Todos sufrimos lo indecible ante la muerte de un ser amado, pero sólo los que tienen un alma grande salen adelante.
Una fe firme y la amistad con Dios no son un seguro contra las penas pero sí nos libran del desespero.
De ahí que sea tan importante madurar espiritualmente y no engañarnos con una fe superficial y ocasional.
La triste realidad es que muchos a lo espiritual no le dedican sino migajas de su energía y su tiempo.
De las 24 horas del día lo común es que ni siquiera 5 minutos se dediquen a lo espiritual.
Ojalá aprendamos a meditar, a orar de verdad, a ser amigos de Dios y a cuidar el espíritu.
Ojalá no nos dejemos seducir por lo material, ya que el deinero no calma penas ni compra esperanzas.
fuente: motivaciones.org