miércoles, 18 de febrero de 2009

Una cruz con nudos...


Una vez un joven andaba buscando al Señor, pues quería ser su amigo. El Señor estaba en el bosque preparando con un hacha cruces para que sus amigos le siguiéramos. El joven encontró al Señor y cargó con una cruz. Era grande, pesada y tenía nudos que le herían en la espalda. Un diablejo se le cruzó y le ofreció un hacha. Fue cortando trozos a la cruz para calentarse por la noche. Cortó los nudos y ya no le dañaba. Y así, lisa y pequeña, resultaba bonita. Casi podría colgársela al cuello como adorno.
Pero al llegar al Reino vio que la puerta estaba en lo alto de la muralla. «Apoya la cruz en la muralla y trepa por los nudos», le dijo el Señor. Pero la había recortado y pulido tanto que no podía subir. «Vuelve sobre tus pasos, le insistió el Señor, y si ves a alguno agobiado, ayúdale y así podréis subir juntos los dos con la cruz de tu amigo».

Padre Justo López Melús

No hay comentarios: