lunes, 5 de enero de 2009

Nuestra Iglesia...



"La Iglesia católica vio el principio de todos los reinos y de todas las iglesias que existen actualmente en el mundo, y verá también su fin. Era grande y respetada ya antes de que los sajones pisaran la tierra inglesa; antes de que los francos cruzaran el Rin; cuando la elocuencia griega florecía aun en Antioquía y cuando en el templo de Mecca aun los ídolos se veneraban...



Si recuerdo las tempestades tremendas que sobrevivió la Iglesia Romana, no entiendo cómo podría perecer. Pareció sepultada bajo la reformación germana y la revolución francesa. Pero cuando las aguas habían bajado, la Iglesia católica apareció de nuevo a la luz del día debajo de los escombros del mundo.


La Iglesia católica vio a tres imperios: el de Carlomagno, el de Carlo V, y el napoleónico. Tres épocas vio la Iglesia católica: la del antiguo imperio romano, la edad media y la edad moderna. A tres grandes persecuciones venció: la persecución de los emperadores romanos, de la reforma y de las Luces." Así escribe el protestante Macaulay.


Estas palabras inspiran consuelo. Puede ser que en algunas partes la Iglesia deba refugiarse en las catatumbas; pero, a la vez, se presentará en otras tierras en plena luz del sol. Ama a la Iglesia; ella merece tu amor; ámala y tendrás su bendición.


"Así habla el Señor: Vuelve tu vista a Sion...tus ojos verán un pabellón, que no podrá ser trasladado a otra parte; ni las estacas serán jamás arrancadas, ni se romperá ninguna de sus cuerdas". (Isaías 33,20)


Santiago Koch, SVD
De: Tu compañero de jornada al encuentro con Dios

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