domingo, 29 de noviembre de 2009

Comienzo de Adviento 2009


Es tiempo para la esperanza, para hacer firme nuestra voluntad de trabajar para construir ese reino de paz y justicia que tanto anhelamos: nos conforta saber que no estamos solos en el camino, que tenemos a nuestro lado a muchos hermanos, a María y al mismo Jesús, que no se cansa de venir entre nosotros una y otra vez, día tras día.


Durante el Adviento los cristianos renuevan el deseo de recibir a Cristo por medio de la oración, el sacrificio, la generosidad y la caridad con los que nos rodean, es decir, renovarnos procurando ser mejores para recibir a Jesús.


Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.

jueves, 19 de noviembre de 2009

El amor es perdón...


Para quien ha amado,para todo aquel que haya sido amado,recuerda que el amor soporta todo,
el amor es servicial, el amor no es egoísta
el amor viene de Dios y sobretodoque el amor es PERDÓN.


No es solamente un sentimiento
o un recuerdo grabado en tu memoria,
es el saber que eres amado por tu creador.

e igualmente fuiste para hecho para amar,
pues tu Dios ES el amor.


Si sientes tristeza por un amor que se fue,
si te sientes mal por algo que no funcionó,
si piensas que este día pudo ser mejor,
recuerda que Dios creó la amistad y el amor,
y que no las puedes practicar sin El.


En este día perdona, ama, expresa,
ríe sin importar si eres correspondido o no
y no dejes en tu corazón lo quesientes.
Solamente si haces todolo anterior podrás decir que has amado.

-Anónimo-

viernes, 6 de noviembre de 2009

Humillarse ante el Señor


Desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras.

Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.

Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás.

Porque el SEÑOR es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo conoce de lejos.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo.
DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES.

Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros.
Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan.

Escucha, oh SEÑOR, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas.
En el día de la angustia te invocaré, porque tú me responderás.


De: mensajes cristianos

Cristo ha dado su vida...


Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.

Pero quiso el SEÑOR quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del SEÑOR en su mano prosperará. Debido a la angustia de su alma, El lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos.


¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria?

Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Porque El estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros que por medio de El sois creyentes en Dios, que le resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
De: Mensajes cristianos

jueves, 5 de noviembre de 2009

Dios está aquí



Dios está aquí.

Tan cierto como el aire que respiro

Tan cierto como la mañana se levante

Tan cierto como que este canto lo puedes oir

Lo puedes sentir moviéndose entre los que aman.

Lo puedes oír cantando con nosotros aquí.

Lo puedes llevar cuando por esa puerta salgas.

Lo puedes guardar muy dentro de tu corazón.

Lo puedes notar a tu lado en este mismo instante.

No seas ya más de los que no le quieren ver.

Le puedes contar ese problema que tienes.

Jesús está aquí si tu quieres lo puedes seguir.

Lo puedes mirar entre las hojas del árbol.

Lo puedes amar en todo lo que te rodea.

Lo puedes coger en el agua de esa fuente.

Jesús está aquí dile tú siempre sí.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Todos los santos


En este domingo, primero de noviembre, celebra la Iglesia Católica la Fiesta de Todos los Santos Al día siguiente, dos de noviembre, la Conmemoración de todos los difuntos.
Ambas celebraciones nos hablan de la vida más allá de la muerte y nos invitan a renovar nuestra fe y esperanza en la vida eterna, que trasciende las barreras de la muerte, tal como confesamos en le Credo.
En el Día de todos los Santos recordamos, honramos, invocamos y nos propensos imitar a los incontables cristianos, declarados o no como santos por la Iglesia, que habiendo recorrido en este mundo su camino en fidelidad, hoy gozan para siempre de la bienaventuranza eterna. Es un culto legítimo, por el que consideramos a los santos como fieles discípulos e imitadores del Señor, al que, en definitiva, damos culto e invocamos, poniendo como intercesores a los santos, que están ya definitivamente más cerca de Dios.
En el Día de Difuntos, la Iglesia nos invita a orar por todos los difuntos, no sólo por los nuestros, por los más cercanos, sino por todos, también por aquellos de los que nadie se acuerda. Es un acto de solidaridad y el ejercicio de la caridad cristiana, que traspasa la frontera de la muerte, por la comunión de los santos, y nos posibilita ofrecer al Señor nuestras oraciones y nuestros sufragios para que Él los haga llegar como efecto de su amor y de su misericordia a los hermanos difuntos.