"Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios" (Juan 20,17)
Estas palabras siempre me conmovieron profundamente. Y ¡a quién no habrán de conmover! Contienen una prueba irrecusable de que Jesucristo es verdaderamente nuestro hermano, que no quiere ser privilegiado; que de todo cuanto posee nos hizo y quiere seguir haciéndonos partícipes en adelante. Y como manifiesta claramante, nos ha conquistado a Dios, su Padre, como nuestro Padre, y en El nos ha conquistado y dado todo. Con seguridad infalible tendremos y poseeremos eternamente todo lo que El tiene y posee,si no nos hacemos indignos y lo perdemos todo por culpa nuestra.
"¡Oh cuán grande es nuestra riqueza si poseemos a Cristo en su gracia!" (Overberg)
"En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones y yo voy a prepararos un lugar; luego vuelvo otra vez y os llevaré conmigo".
-Santiago Koch,SVD-
De: Tu compañero de jornada la encuentro con Dios
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