martes, 1 de junio de 2010



"¡Corazón de Dios, despreciado por tus criaturas! ¡Corazón del Salvador, olvidado por tus redimidos! Tú golpeas y nosotros no acudimos. Tú llamas a la puerta y nosotros no abrimos." (P. Arnoldo)

Poco antes de morir, Santa Teresita decía:

"¡Oh Dios mío, Te amo!¡Te amo Dios mio!"

Cambia un poco estas palabras y di: "¡Oh Jesús mío, Te amo! ¡Te amo, Jesús mío!"

Repite estas palabras a menudo durante el día; bien puede ser tu oración en el mes de junio.

Pero a estas palabras debes agregar también los hechos. El amor sólo en palabras y sin hechos, de nada sirve. Por esto reflexiona cada mañana, aunque sólo sea por medio minuto, qué sacrificio pequeño puedes ofrecer a Jesús durante el día:

La voz de Jesús te llama cada día y te pide: "¡Dame tu corazón!" Dáselo y ten por seguro que: si le das tu corazón, también el suyo será para ti y lo será eternamente.

"No todo aquel que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos". (Mat.7,21)

-Santiago Koch SVD, (De: Tu compañero de jornada al encuentro con Dios)

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