sábado, 30 de abril de 2011

"Tengo que volver a mi Padre". ¿Hay que andar todavía muchos pasos o faltan pocos? No interesa, con tal que todos se dirijan al Padre. El Señor nos marcó dos caminos seguros, que llevan al Padre, que conducen a la Patria Eterna:
"¿Quieres entrar en la vida eterna? Observa mis mandamientos.
"Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna."
Tengo que volver a mi Padre. Por lo tanto, si tengo que evitar el pecado, he de comer su carne y beber su sangre. Es el único camino que lleva a la vida eterna y que me conduce a mi Padre.
 Tengo que evitar el pecado siempre, todos los días; y todos los días puedo comulgar. Así recorreré seguro el camino y con toda certeza llegaré a mi Padre.
 "¡Levántate y come! De otra manera, el camino es demasiado largo para ti". (III Reyes 19,7)
 -Santiago Koch, SVD-
De: Tu compañero de jornada al encuentro con Dios

domingo, 24 de abril de 2011


¡¡¡ALELUYA!!!

¡¡¡CRISTO HA RESUCITADO!!!
¡¡¡VERDADERAMENTE HA RESUCITADO!!!

lunes, 18 de abril de 2011


Conténtate de comenzado poco a poco hasta que tus piernas te consientan correr, mejor todavía, tus alas, volar. Date por satisfecho obedeciendo. Esto no es poco ni fácil para un alma consagrada a Dios. (San Pío de Pieltrecina)

sábado, 9 de abril de 2011

Vacío...


A veces somos poseídos por una sensación de tristeza que no conseguimos controlar. No importa el lugar donde estamos, en el trabajo, junto a la persona que amamos, en una fiesta, pero, sin ninguna explicación, el mundo pierde su color, y la vida esconde su magia.


En esos momentos – nos dice Karen Casey- nada mejor que mirar para adentro de nosotros mismos. Allí está un niño con miedo, que no sabe bien que está haciendo aquí, porque casi no es oída ni consultada. Vamos a ser tolerantes con este niño. Vamos a dejar que él tome las riendas por cuanto tiempo sea necesario, hasta que se sienta de nuevo amado.


En breve, nuestros ojos vuelven a brillar. Y, a partir de allí, si no perdemos mas el contacto con este niño, no perderemos más el sentido de la vida'.


-Paulo Coelho-